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La siniestralidad en las carreteras españolas ha vuelto a subir durante 2017. Al cierre del ejercicio, la Dirección General de Tráfico ha contabilizado un total de 1.067 accidentes mortales durante el año pasado, en los que han fallecido 1.200 personas. Aunque son datos provisionales contabilizados a un máximo de 24 horas de los siniestros, estas cifras confirman la tendencia de aumento en el número de fallecidos en accidentes de tráfico iniciada en 2016.
Durante 2017, murieron en las carreteras españolas 39 personas más que en 2016. También hubo más accidentes de tráfico, concretamente 28 siniestros más que en el año anterior. No obstante, los datos señalan que hubo 4.837 personas hospitalizadas como consecuencia de accidentes de circulación, una cifra que rebaja en 336 la registrada en 2016.
Pero es el aumento de la mortalidad en accidentes de tráfico lo que más preocupa a la DGT. Los datos provisionales constatan que el año pasado se registró la peor cifra de víctimas mortales desde 2013, año en que se contabilizaron 1.134 fallecidos, un 6 por ciento menos.
Además, 2017 es el segundo año consecutivo en el que repunta la siniestralidad en carretera, tras 14 años seguidos de descensos en el número de fallecidos en accidentes mortales. El número de fallecidos en las carreteras de este ejercicio ya superó el de todo 2016 el pasado 19 de diciembre, y desde entonces se han producido casi 40 víctimas más, coincidiendo con los desplazamientos propios de las fiestas navideñas.
Desde hace 20 años no se habían dado dos años consecutivos de aumento en el número de fallecidos en la carretera. Esta situación rompe definitivamente la tendencia positiva de la evolución de la siniestralidad vial que desde 2004, y hasta el año pasado, recortaba año tras año las cifras de mortalidad en la carretera.
Pero, ¿por qué aumenta la siniestralidad en las carreteras? Las estadísticas revelan que la Seguridad Vial se resiente en los últimos años a causa de diferentes factores.
Hay más vehículos en circulación y se producen más desplazamientos en coche, como destacan desde Tráfico. Pero también influyen otros factores como que el parque automovilístico sigue siendo demasiado viejo y que, a pesar de las constantes campañas de prevención, sigue habiendo demasiados conductores que desoyen las recomendaciones de tráfico y no cumplen con las normas básicas de seguridad al volante.
Con todo, España sigue siendo uno de los países más seguros en carretera tanto del mundo, en cuyo ranking ocupamos un meritorio octavo puesto. A nivel europeo, también somos quintos en el ranking de seguridad vial.
No obstante, reducir las cifras de siniestralidad debe ser un objetivo en el que todos, desde las autoridades de tráfico a los representantes de sectores relacionados, como los Seguros de Coche, y el resto de conductores.
Estos son los principales factores que han impulsado la siniestralidad este pasado año, según la DGT.
Durante 2017 se ha constatado un aumento de 16,4 millones de viajes de largo recorrido por carretera, lo que supone un 4,2% más que respecto al año anterior. En total se han registrado 408,5 millones de desplazamientos de largo recorrido en el pasado ejercicio, lo que representa un incremento acumulado del 14,5% en los cuatro últimos años.
Está claro que cuantos más kilómetros hagamos en coche, el riesgo de sufrir un accidente aumenta. Esta conclusión no sólo vale para explicar las cifras de siniestralidad vial, sino que es una de las cosas que debemos tener en cuenta a la hora de elegir nuestra póliza.
Si usas mucho el coche, la posibilidad de tener un percance es mayor; por eso es importante contratar un Seguro para el Automóvil que, además de barato, tenga las coberturas que puedas necesitar. Y si tienes alguna duda, lo mejor es probar nuestro comparador de Seguros de Coche y dejarte asesorar por nuestros expertos.
Es una tendencia que se está acentuando conforme la recuperación económica avanza: año tras año, aumenta el número de coches en nuestras carreteras. Durante 2017 se han matriculado 1.787.242 vehículos, lo que supone un parque automovilístico de cerca de 33 millones de vehículos.
Lo paradójico es que, a pesar de las nuevas matriculaciones, en 2017 la antigüedad media de los vehículos implicados en accidentes mortales se sitúa en 12 años para los turismos, porcentaje que alcanza los 13,8 años en el caso de los turismos en los que viajaban los fallecidos.
Aunque parece increíble, el 24% de los conductores y pasajeros fallecidos en turismos y furgonetas en 2017 no llevaban puesto el cinturón de seguridad en el momento del accidente. Eso quiere decir que el año pasado hubo 26 fallecidos más que no hacían uso de dicho dispositivo de seguridad en estos vehículos, pasando de los 149 en 2016 a los 175 el pasado año.
Además, el no uso del cinturón de seguridad se produce tanto en vías de alta capacidad (22%) como en vías convencionales (27%).
Por otro lado, de los 16 niños hasta 12 años fallecidos en turismo o furgoneta, 4 no utilizaba ningún accesorio de seguridad en el momento del accidente. Y si nos fijamos en otros sistemas de seguridad vitales, encontramos que de los 240 fallecidos en motocicleta, 2 no utilizaban casco, y que en el caso de los ciclistas, de los 44 fallecidos, 8 tampoco lo llevaban, pese a ser obligatorio en vías interurbanas.
Los datos de Tráfico revelan que la velocidad inadecuada, el consumo de alcohol y drogas, no respetar la prioridad, el cansancio o sueño, y la distracción siguen siendo factores que influyen de forma directa en los accidentes más graves.
Las distracciones en carretera y la conducción desatenta son circunstancias que se aprecian en 1 de cada 3 accidentes graves o mortales. Y en 1 de cada 4 siniestros graves no se respetaban los límites de velocidad.
Además, son significativos los accidentes mortales en los que también hay evidencias de la influencia del alcohol (12%) y las drogas (11%). El sueño y la fatiga es otro de los elementos que se aprecian en muchos accidentes graves, concretamente en el 12% de los registrados en 2017.
Para afrontar el problema, conviene conocer bien las circunstancias que influyen en estas cifras de siniestralidad. Saber dónde se producen los accidentes más graves, qué características distinguen a estos siniestros y cuál es el perfil de los conductores implicados, ayuda a buscar soluciones y prevenir siniestros.
Un dato a tener en cuenta a la hora de salir a conducir es que el 77% de los fallecidos en un accidente de circulación, perdió la vida en carreteras convencionales. Los datos de la DGT revelan que el año pasado fallecieron en este tipo de vías 792 personas, 30 más que en 2016.
En cambio, la cifra de fallecidos en autopistas y autovías disminuyó el año pasado, con respecto al anterior, pasando de los 245 muertos en este tipo de vías de alta capacidad durante 2016, a los 239 de 2017.
Los siniestros provocados por salidas de vía son los que más víctimas mortales generan, tanto en las carreteras convencionales como en las autopistas y autovías. Más del 40% de las personas que han perdido la vida en el coche durante el año pasado, tuvieron un accidente de estas características.
También son especialmente peligrosos los accidentes provocados por una colisión frontal, sobre todo en carreteras convencionales. Aproximadamente 3 de cada 10 personas que murieron en un accidente en este tipo de vía fue por una colisión frontal contra otro vehículo.
En las vías de gran capacidad, las colisiones traseras y los accidentes múltiples también destacan por el número de víctimas mortales. 1 de cada 5 fallecidos en autopistas o autovías el año pasado, perdió la vida en este tipo de siniestros.
Al analizar los datos de mortalidad en carretera, llama la atención la elevada proporción de hombres que pierden la vida en la carretera. 8 de cada 10 fallecidos en accidentes de tráfico son de sexo masculino, un porcentaje que se mantiene con respecto a años anteriores.
En cambio, sí que se han producido cambios en lo que se refiere a la edad de las víctimas mortales. Por ejemplo, se ha producido un descenso importante de fallecidos entre los mayores de 65 años. En 2017 han fallecido 181 personas de esta edad, frente a los 240 del año anterior.
En cambio, los grupos de edad en los que más ha aumentado el número de fallecidos durante el año pasado han sido los conductores de entre 25 y 34 años, con un incremento del 37%, y los de entre 55 a 64 años, con un aumento del 16%. Los niños fallecidos (hasta 14 años) han sido 21, tres más que en 2016.
Por otro lado, entre los fallecidos se han incrementado el número de ciclistas, con 44 muertos frente a los 33 de 2016, y sobre todo entre los motoristas, que sumaron 240 fallecidos frente a los 214 de 2016. También aumentaron las víctimas mortales que viajaban en furgonetas y turismos.
Sin embargo, han descendido, los peatones mortalmente atropellados, aunque siguen siendo demasiados: en total 91 viandantes perdieron la vida atropellados, frente a los 120 peatones fallecidos en 2016. A pesar de todo, ese recorte es quizá uno de los datos más esperanzadores de una estadística que, desgraciadamente, sigue reflejando el aumento de fallecidos en accidentes de tráfico a causa de la creciente sinietralidad en las carreteras españolas.
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